Nosotros, en mayúsculas y subrayado by Carmen Arteaga

autor:Carmen Arteaga [Arteaga, Carmen]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-12-12T00:00:00+00:00

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CLIC

Ayer mentí a Nico. Sabía que hoy no iba a tener un día tranquilo en el trabajo; porque ninguno lo es. Fue una mentira piadosa para que me dejara acompañarle hoy. No pienso permitir que vaya solo a bucear entre los recuerdos de Isabel. Sé bien cómo pueden afectarle. La semana pasada, sin ir más lejos, me lo encontré en la cocina maldiciendo y tirando a la basura con muy mala hostia una fuente entera de arroz con leche. Había intentado prepararlo como solía hacerlo su madre, me explicó cuando conseguí que se sentara y se tranquilizara, pero no sabía igual, le faltaba algo. Lo que realmente lo llevó a estallar fue darse cuenta de que ya no podía hacer algo tan sencillo como llamarla por teléfono y preguntarle la receta.

Volviendo al presente, hoy toca rodar unas cuantas secuencias en una fiesta. El plató se ha convertido en una discoteca que bien podría estar situada en mitad de la Gran Vía y ser el lugar de encuentro de chicos ricos dispuestos a soltar veinte euros por copa. No le falta detalle: luces de neón, pantallas con visuales, suelos de mármol, sofás de terciopelo y mesas altas atendidas por camareros trajeados. El ambiente es espectacular y he felicitado al equipo de arte por semejante trabajo.

Atravieso el set con el walkie casi pegado a la boca, hablando con uno de los chicos de producción. Le explico que para la siguiente secuencia necesitamos que los bordes de la botella rota de champán con la que Bruno amenaza a Leo en una pelea sean más afilados. Para asegurarme de que nos entendemos, decido ir a hablar con él en persona. Al cruzarme con unos cuantos figurantes, esbozo una sonrisa. Los pobres me inspiran ternura. Llegan muy ilusionados por primera vez a los rodajes, sin imaginarse lo largos y tediosos que pueden llegar a ser. Sobre todo las fiestas. No hay nada más aburrido a la hora de rodar que una fiesta. Su trabajo consiste en bailar animadamente en una pista durante horas sin que suene la música y fingir que mantienen conversaciones animadas, moviendo los labios sin llegar a emitir ningún sonido. El reloj marca las doce de la mañana, pero estoy segura de que a muchos les encantaría tomarse una copa de las que sirven los camareros. Aunque también son falsas. El alcohol no está permitido.

Veo a Gabriel, ya vestido y maquillado, paseando por el set con un vaso de agua. Parece concentrado, así que imagino que estará repasando sus líneas. Hoy tiene un día movidito. Cuando se lleva el vaso a los labios, ralentizo el paso. Un recuerdo bastante nítido de su boca entre mis muslos me asalta y debo concentrarme para no tropezar con algún cable.

Para colmo, Mara aparece caminando justo a mi espalda. No me hace falta verla, la escucho cantarme bajito: otra noooche, otra luna sin tu vidaaa, esta locaaa, no te olvidaaaaa.

Me detengo poniendo los ojos en blanco. En cuanto me rodea y se coloca delante de mí, sonríe.

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